Crítica de Teatro: Calígula

 

teatro-la-aduanaPor: José Quiroz

La Compañía Nacional de Teatro nos deleita con un montaje de “Calígula” de Alberto Camus, obra que se enmarca en el Ciclo del Teatro de la negación más conocido  como Teatro de lo absurdo nacido en la Francia de la segunda postguerra, el cuál, indaga sobre el destino del hombre, su comunión y oposición con su medio inmediato.

En Calígula, los diálogos cargados y sin sentido aparente de un emperador que pierde la cordura tras la muerte de Drusila, su hermana y amante, que lo hace rebelarse contra su destino y buscar el sentido verdadero de su existencia, causan que este ser humano se centre en el ejercicio despótico del poder por medio de la perversión de todos los valores sociales posibles, destruyendo todo lo que pueda sin darse cuenta que no se puede destruirlo todo sin destruirse a sí mismo.

En la marcha, Calígula irá planeando su propio suicidio,a manos de sus iguales entendiendo en el desenlace que nadie puede ser libre si no es por los otros.

Las acciones se desarrollan en el palacio de Calígula (emperador romano) y se suceden en cuarto actos en los que el emperador irá despersonalizándose e imponiendo el terror en el imperio, jactándose de su poder y obligando a los demás a reconocerlo, burlándose de las deidades (mismas que lo circundan y lo acompañan alrededor de la obra, abajándose a sí al nivel mortal) mientras los demás urden su muerte.entendiendo en el desenlace que nadie puede ser libre si no es por los otros.

12189887_936445896408600_6688804240856950751_n                   Foto: Ernesto Valverde Villalobos

 

Ahora en cuanto al montaje y a la selección actoral, se dirá que hubo grandes aciertos y desaciertos por parte del director Gabrio Sappelli en la distribución de los papeles, es así como diremos que  el actor que encarna a Caligula logra apegarse muy correctamente a lo esperable de las locuras del emperador, así mismo, Helicón (el mayordomo de palacio) logra interpretarse con una sobriedad admirable; por otra parte hubo personajes importantes que fueron descuidados como es el caso de Escipión que no pudo transmitir del todo esa relación de obstinada dependencia hacia el emperador y quizá el peor de los desaciertos fue el personaje de  Cesonia que con una voz estridente, hacía que fuera cansado de escuchar.

El montaje del escenario muestra dos estructuras blancas con varios niveles que dinamizaban la forma en que se desplazaban los personajes, que si bien lograban su cometido si presentaba pequeñas trabas en el momento de realizar el movimiento de estos para los cambios en el escenario, pero eso resultó ser solo un mal menor ya que el blanco del escenario unido a las constantes luces azules, blancas, amarillas y naranjas, jugaban creando una amplitud excelente en el escenario.

Si bien es cierto que no se logró llegar al punto máximo de la negación que Camus plasma en su obra ya que no existía una completa unidad actora, y no se conocía quizá por muchos el fuerte sentido de cada una de sus palabras, hemos de decir que ha sido un excelente intento.

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FICHA ARTÍSTICA: Calígula
Dirección, escenografía, vestuario y musicalización: Gabrio Zappelli
Dirección de actores: Liubov Otto
Dramaturgia: Albert Camus
Espacio: Teatro de la Aduana

 

 

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